La Incitación perversa de la tecnología.
Soy un seguidor
de un programa de EE.UU. llamado The Colbert Report que con un humor
sarcástico, altamente ácido y que rezuma óxido por los cuatro costados, trata
temas urticantes de la realidad estadounidense. Pero esta realidad a veces
tiene connotaciones que excede sus fronteras y sus implicaciones van más allá,
como es el caso del desarrollo de armas.
En el programa
de Colbert nº 101 del 2 de junio de este año, se presentan en sociedad los
rifles de TrackingPoint de última generación.
Las características
de estas armas de mano son, además de un alcance de 1200 yardas (1090 metros
aproximadamente) con un calibre del 12, es que poseen un sistema de mira y
disparo totalmente automático.
Esto quiere decir que localizado el objetivo, el
arma enfoca la mira, corrige los parámetros para que el tiro sea absolutamente
efectivo y prevé cualquier circunstancia que pueda ocurrir, por si el objeto se
mueve, contemplando también humedad ambiente, vientos en el momento del
disparo, temperatura, alcance efectivo, etc.
Tal es su
precisión que el vídeo que acompaña la presentación del producto en su página
web, compara a esta con la perfección que tienen los aviones cazas en sus
disparos.
Es sin dudas,
elegir la gacela, el alce o el pato y dejar que el arma dispare, sin darle al
animal ninguna oportunidad de salvarse.
El aviso motiva
diciendo que es una nueva dimensión de forma de cazar; y sin dudas que lo es,
la más despiadada y deshumanizada que hay, contando que la caza deportiva de
por sí es un deporte inútil, inhumano, deplorable y que debería haber sido
prohibido hace un largo tiempo.
Pero no termina
allí todo, para aumentar aún más la morbosidad del acto de matar a un animal al
que se le quitan todas las posibilidades de escapar de su cazador, el arma
viene provista de un software que permite, vía wifi, poder grabar el disparo,
sacar fotografías del evento, transferirlas al teléfono móvil o a la tableta….y
por supuesto colgar la destreza y “proeza” en las Redes Sociales, de modo que
todos los amigos y contactos del cazador puedan seguir on-line sus aventuras y
aciertos.
Considero que
desarrollar este tipo de arma para el común de las personas y con el único fin
de beneficiar a un pseudo-deporte (por más que su valor sea de 22.000 dólares,
unos 16.490 euros) y que sobre ello, se le dé la posibilidad de ser publicitado
en las redes sociales, es mucho más grave que mostrar una imagen de unos pechos
femeninos o de una vagina, cosas que Facebook por ejemplo, prohíbe por
considerarlas pornográficas.
La incitación
al onanismo es una cuestión meramente personal, pero la incitación a la compra
de un arma de este tipo es simplemente un acto criminal.
Abogo por la
cordura y porque la empresa recapacite y el arma se quite del mercado popular,
ya que se ve casi imposible que se quiten por completo las armas del mundo.
Los animales
son seres vivos y tienen derechos a la vida como los tenemos nosotros. Porque nosotros
somos también animales.
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Recuerda: cada vez que no comentas una de mis notas, Dios se ve obligado a matar un gatito. Campaña contra el maltrato animal.