Los corruptos no son gente honrada
Los corruptos no son gente honrada
Escrito por Javier Saura Vílchez
(con notas de Enrique Mondaini Ludueña)
Las noticias sobre corrupción y abusos de poder se han convertido en el
pan de cada día de los noticiarios. Los ciudadanos de a pie se asombran (cada
vez menos) de hasta dónde llega el descaro de algunos personajes en los que
confiaron para que velaran por sus intereses y que deberían ser el ejemplo de
la sociedad.
Los corruptos no son gente honrada. Esto es evidente, pero parece que a
fuerza de hablar de la corrupción y de sus efectos nos olvidamos de que los
corruptos son PERSONAS AMORALES: SIN-MORAL o sin valores sociales de
convivencia y solidaridad. Con otras palabras: son unos egoístas, sinvergüenzas
e hipócritas.
La sociedad ha perdido el control
En un
interesante artículo aparecido en el diario El País, de fecha 3 de diciembre de
2013, titulado “Los defraudadores son gente seria” y cuya
versión abreviada se puede leer en digital
(economía.elpais.com/economía/2013/12/02/actualidad/1385991322_816114html), se
recoge un estudio realizado sobre la corrupción a nivel internacional con
algunos datos curiosos: los corruptos, ellos y ellas (pues aquí no hay sexismo
ni racismo alguno), suelen tener entre 35 y 55 años, ocupan cargos de
responsabilidad en áreas de finanzas, son temerarios y no actúan solos, pues
necesitan cómplices para burlar los controles de seguridad; su fuerza está en
que han adquirido un gran prestigio en su profesión (de ahí lo de ser
considerados “serios”), suelen ser muy sociables y extrovertidos (son
simpáticos). Por eso, dice el artículo, “no se les ve venir”; su escudo,
además, viene reforzado por la fuerza de sus cómplices (que les ayudan a saltar
los sistemas de seguridad y de control establecidos) y por las propias empresas
(y partidos políticos) que no quieren delatarlos públicamente para mantener
limpia la imagen de la empresa (o partido) (1)[i]
y no se vea afectada su reputación. Parten siempre desde una posición de fuerza
y de “superioridad” que les hace sentirse “por encima de la ley”.
Ese mismo
día los medios de comunicación europeos recogen la noticia del suspenso que da
el supervisor bursátil europeo (ESMA, según sus siglas en inglés) a las tres
principales agencias de calificación mundial (S&P, Moody’s y Fitch), esas
que establecen los niveles de riesgos de cada país y hacen que su crédito (el
obtener dinero) sea más barato o más caro (tenga menos o más intereses a
devolver por los Estados); las mismas agencias que han forzado a varios países
a pedir el temido “rescate económico” y que han puesto a España casi en caída
libre económica. Y en el diario citado anteriormente, se lee en la cabecera del
artículo: “El supervisor europeo advierte de que persisten prácticas del pasado
y cuestiona la independencia de los tres grandes grupos en la evaluación de la
deuda soberana”. ¡Sí, has leído bien! ¡Se cuestiona la independencia de este oligopolio que establece el valor
de la deuda de cada país! Los mismos que han forzado a despedir a
miles de personas y que hacen que una parte importante de los ingresos del
Estado se dediquen a pagar intereses de su deuda pública en vez de a sanidad,
educación, etc.
¿Y por qué el supervisor del ESMA afirma lo anterior? Pues por cuatro
cositas de nada y de poca importancia, a saber:
1. Los directivos de alto nivel tienen la mala costumbre de dejar de
lado a los analistas especializados y ser ellos (los mandamases, que no saben
pero mandan mucho porque tienen un cargo muy gordo y unos títulos muy largos en
el rótulo de su puerta) “los que toman las decisiones finales acerca de subir o
bajar la calificación (de solvencia) de un país”.
Se saltan
la independencia de los analistas especializados que establece la legislación,
independencia establecida para evitar posibles conflictos de intereses con
otras áreas. Deciden los altos
cargos que carecen de preparación, en vez de los profesionales cualificados.
2. Falta
de confidencialidad y filtración de información privilegiada “a terceras
personas no autorizadas sobre futuros cambios en las calificaciones antes de la
publicación del informe y, en algunos casos, antes de que el comité que evalúa
la solvencia se haya reunido”. ¡Sí, has vuelto a leer bien! ¡Antes de que el comité de evaluación se
reuniera ya se sabía lo que se iba a decidir!
3. El esperar días y semanas para hacer pública una decisión sobre la
calificación de la deuda de un país. (Imaginamos que “alguien” obtendría y
obtiene muchos beneficios de esto).
4. Muchos
de los “analistas expertos” no tienen experiencia o están poco cualificados.
¡Sí, has leído bien de nuevo! ¡Parece
que algunos de los analistas expertos son amiguitos, recomendados o becarios! Para
pagarles menos, supongo.
Unos días después, se recoge otra noticia internacional: los seis
principales bancos europeos son multados por prácticas ilegales y pactar el
EURIBOR (lo que se paga por las hipotecas, perjudicando a millones de
clientes-ciudadanos de a pie).
¿Toda esta corrupción te suena de algo? ¿No tienes la sensación de
haberlo escuchado en tantas y tantas noticias?
Según el informe de referencia, el fraude supone a nivel mundial el 5%
del PIB (Producto Interior Bruto): 2,6 billones de euros. Que en España supone
50.000 millones de euros (8 billones de las antiguas pesetas), dinero con el
cual no habría que hacer recortes en nada.
Cuando la dedocracia sustituye al mérito
Todo lo que he recogido de las noticias nacionales e internacionales es
aplicable a España, porque los corruptos no son gente honrada y actúan igual en
todos los sitios. De la primera noticia recogida sobre ellos, extraigo la
siguiente frase:
“Para defraudar, concluye el estudio, es necesario tener un control casi
absoluto de un área y gozar de un gran respeto por parte de los profesionales
de la casa”.
Siguiendo el hilo de esta frase, voy a buscar errores y a proponer
soluciones, que es la finalidad de la filosofía social.
A. Hemos perdido el control de nuestra sociedad
y de fiscalizar a la Administración Pública y a las grandes empresas. La
sociedad civil ha permitido que los políticos y grandes empresas rompan la
espina dorsal del sistema democrático, que es la separación de poderes y el control por parte de servidores
públicos cualificados, honrados e independientes, los tan criticados
funcionarios. En su lugar se han colocado acólitos, pelotas, becarios, amigos y
familiares, en una cadena de favores y desplazando a los funcionarios
profesionales e independientes por personas sin preparación y dependientes de
quien los coloca a dedo, suprimiéndose el superar una oposición y ascenso por
méritos por la “dedocracia”. (2)[ii]
Además de poner a los amiguitos y acólitos del partido o familia, está
el sistema de “puerta giratoria”, por el cual se sale de la política y se ocupa
un alto cargo en una empresa privada; y se vuelve a la política con la ayuda de
esa misma empresa… ¿Y a quién defiende el político de turno? ¿A los ciudadanos
o a la gran empresa que le apoya?
Se ha permitido que las entidades financieras y multinacionales
adquieran un volumen tan desorbitado que, si quiebran, hay que pagarlas y
reflotarlas por los ciudadanos o se cae en el riesgo de que se hunda la
economía mundial, en algunos casos. Y así tenemos que las ganancias se reparten
entre los accionistas y directivos, y las pérdidas, entre todos los ciudadanos:
las ganancias se privatizan y las pérdidas se socializan. (3)[iii]
B. Lo
peor es que todo lo anterior ha sido posible porque hemos perdido el sentido común.
Estamos
confundidos:
- Vivimos en el mundo de la imagen, de la apariencia, despreciando el
trabajo bien hecho y callado por las palabras simpáticas y promesas vacías,
pero bonitas.
- Ser jefe es la excusa o carta blanca para hacer lo que se quiere, en
vez de ser ejemplo de trabajo y mesura. (4)[iv]
- Los cargos, en especial los políticos, se utilizan para lograr
ventajas económicas y bienestar material que se es incapaz de lograr en la vida
privada.
- Un poco de experiencia y de poder nos vuelve soberbios y temerarios,
olvidando a los seres humanos que afectamos con nuestras decisiones: el cargo
se ha convertido en un foco de orgullo en vez de un reflexivo acto de humildad.
- El bien común se ha vuelto una utopía, una frase bonita para engañar,
en lugar de un ideal por el que luchar día a día.
- Hemos cambiado la idea del “servidor público” por la de “servirse de
lo público”.
- El Estado ya no es garantía y defensa de los ciudadanos, sino de la clase
política y sus satélites: sindicatos, empresas y trabajadores liberales que
viven de las subvenciones y prebendas. (5)[v]
Hemos de dejar de ser corruptibles
·
Lo
primero es no olvidar una enseñanza filosófica que recojo del profesor Jorge
Ángel Livraga: “No es cierto que el poder corrompe. El poder corrompe a los
corruptos”. Por ello, nosotros hemos de dejar de ser corruptibles. (aquí es muy
importante el cambio de paradigma EML)
·
Necesitamos
urgentemente un rearme ético, un compromiso humano que nos lleve a decir la
verdad a la cara y llamar al corrupto, sinvergüenza; y a apartarlo de la vida
pública y de la empresa privada.
·
Es
necesario separar los roles y así la empresa con sus empresarios, el gobierno
con sus ministros, la religión con su feligresía, la justicia con sus jueces,
el parlamento con sus parlamentarios y cada zapatero con sus zapatos. La
Democracia funciona cuando los distintos órganos cumplen sus funciones para lo
que fueron creados y no se superponen ni tratan de suplantar o someter a otros.
EML
·
Enseñar
con el ejemplo, diciendo ¡NO! a la corrupción cuando nos la ofrezcan, y
denunciándola cuando la veamos.
·
Ser
fuertes para no vender nuestra dignidad “por un plato de lentejas”. Sin
cómplices, los corruptos no son nadie, necesitan de gente mediocre y corrupta
para prosperar ellos.
·
Fomentar
la solidaridad entre las personas éticas, para hacer fuerza y resistir a esta
ola de egoísmo, compartiendo sueños, pero también ayudándonos para cubrir las
necesidades básicas, incluidos los avances educativos, sociales y de salud
alcanzados en nuestro país.
·
No
confundir “parecer” con “ser”. El que “es” honrado lo es en todos los actos de
su vida y durante todos los días de su existencia: es honrado siempre.
·
Y, sobre
todo, como enseñaba el profesor Jorge Ángel Livraga: SER BUENOS. Y esto es lo
más contrario a ser tontos y pasivos: ser buenos es ser generosos, fuertes,
preocuparnos por nuestro bienestar y por el de todos, ser fuertes en la
adversidad y pacientes ante la ignorancia de los que no ven el mundo de otra
forma. Esta es una vieja enseñanza de la filosofía. Sidharta Gautama, el Buda,
ya lo practicaba hace más de 2000 años: “Nada hay superior a la fuerza del
ejemplo”. En este caso, el ejemplo es ser honrado.
[i]
(1) El partido político se
convierte en empresa ante tal vez dos necesidades, la del dinero necesario para
cubrir los gastos de sus campañas (que incluyen a la corruptela) y la necesidad
que impone el mkt como nueva herramienta de atrapar al cliente-votante y
mantener lo cautivo. EML
[ii]
(2) Esto es una red de
infiltración que en el caso sudamericano de Argentina se llama La Cámpora y que
se ha enquistado en el sistema nacional político-empresarial-social de tal modo
que quitar una de las piezas produciría el mismo efecto que quitar una pieza
del “jenga” que sostuviese todo el conjunto: lo que es igual a un problema
social de magnitudes grandes. EML
[iii]
(3) Tal com en el apartado 2, el
sistema es del tipo “jenga” para prevenir que nadie lo desarticule sin tener consecuencias
en los tres principales órdenes, el social, el económico y el político. La rotación de los gobernantes y sus cargos
inmediatos en empresas que se han sumado a este juego no hace más que comprobar
a ojos vista el sistema impuesto. En el caso europeo de España, los ex
presidentes Aznar, Gonzales, ocupan puestos de asesoría muy bien remunerados en
empresas del principal lobby energético que impide que este país, con grandes
posibilidades de liderar las renovables, sancione a quién aplique este tipo de
energía con impuestos exorbitantes de modo de desalentar la inversión
particular en ellas. Es el único país europeo que tiene este tipo de prácticas
con las renovables. EML
[iv]
(4) En un momento el Gobernante se
elegía en función de ser un digno representante de la sociedad, ejemplo de lo
que debía ser el país y sus habitantes. Hoy ya no es así, o al menos que
hayamos cambiado las reglas de la sociedad y hayamos adoptado las de una
corrupta y no nos hayamos dado cuenta. EML
[v]
(5) En el caso europeo de España, está
a la firma una ley de ampliación de las personas públicas que estarían dentro
de los fueros o privilegios de no ser juzgados mientras mantengan su estatus de
funcionario público, más allá del Jefe de Gobierno o el Rey y la Reina. Según
parece sería extendido a más allá de los ministros del gabinete de estado lo
que significaría que un número importante de personas no podrían ser juzgadas
hasta tanto no abandonen sus cargos públicos. Además para iniciar un juicio ya
no lo podría hacer un juez, sino que sería necesaria la concurrencia de tres
jueces. Todos estos puntos renovadores solo buscan entorpecer la rapidez
jurídica y la transparencia en esta. Aparte de dar a los partidos políticos la
posibilidad de encontrar más chicanas jurídicas de cómo librarse de las
acusaciones por corrupción. En ningún estado europeo, ni en los estados Unidos,
existe esta práctica, porque a lo sumo, los fueros son para el Jefe de estado.
EML
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