De la Serie Textículos: Letras Desleídas (Microrrelatos)




Era un tipo muy especial, tanto que tu imaginación no puede definirlo con claridad. Bajaba cada día a buscar el periódico que el repartidor le dejaba al vecino de los bajos, lo leía y le devolvía antes que este desayunara, pero las letras ya estaban deslucidas y poco quedaba de la intención de la editorial.
Cada mañana el vecino insultaba a los amanuenses de turno; en muchas ocasiones les escribió esquelas llenas de odio y recriminaciones, pero los imprenteros solo contestaban con titulares escandalosos como: “Aburrido tío comete errores ortográficos y lo suicidan”, o “Huelga de tipográficos por amenazas infundadas”
Pero el tipo seguía leyendo el pasquín de su obligado conviviente preguntándose de qué se tratarían las contundentes misivas y quién sería el atrevido lector que se quejaba.
Una mañana al ir en búsqueda del periódico, halló junto a este un sobre rojo; intrigado y poco educado sobre las normas sociales, se lo llevó hasta su sofá preferido y con total audacia lo leyó. Dentro del sobre había una corta nota que decía: “Si las letras están desleídas es porque otro las lee antes. La editorial no se hace responsable de la lectura furtiva. Último aviso.”
Temeroso, tembloroso, caripálido como un Gobio recién sacado del agua se puso las gafas que nunca usaba y leyó el pasquín.
Desde ese día su maleducado hábito continuó pero las letras ya no estuvieron desleídas y el vecino tornó a ser amable con la imprenta.
DCarlesML

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